Un microchip subcutáneo es un dispositivo electrónico encapsulado en cristal biocompatible del tamaño de un grano de arroz. Contiene un código alfanumérico de 15 dígitos que servirá para identificar al animal de forma única. Al darlo de alta en la base de datos se aporta información adicional como el nombre, fecha de nacimiento, aspecto, así como datos del propietario y la autorización del veterinario que lo ha implantado. Este código será también su identificador en el pasaporte sanitario. Es imprescindible que la información almacenada esté actualizada y sea veraz. Si se produce un cambio de domicilio, de teléfono de contacto o de propietario hay que comunicarlo lo antes posible al veterinario para que realice los cambios en la base de datos.
El microchip se implanta con un aplicador esterilizado similar a una aguja hipodérmica y no difiere mucho de la sensación de administrar una vacuna. Una vez colocado en el lado izquierdo del cuello, no se mueve de ahí.
Este dispositivo tiene una vida útil estimada de 25 años. En Andalucía es obligatorio. A nivel administrativo, proporciona valiosa información sobre el censo de animales de compañía y el control sanitario de los mismos.


Recuerda, la diferencia entre ponerle el chip o no, es su vida.
Identifícale una sola vez. Protégele para siempre.